Gregorio Gallego, alcalde de Zahínos, junto a uno de los numerosos carteles que se ven en el municipio de la Sierra Suroeste. BRÍGIDO

Zahínos promete seguir peleando contra la mina

Uranio.El pueblo de la Sierra Suroeste vuelve a encabezar el rechazo tras un año de letargo una vez que la justicia concede permiso a una empresa para hacer catas en 8.000 hectáreas

CELESTINO. J. VINAGRE

Viernes, 9 de octubre 2020, 12:30

Las banderas están a media asta en el Ayuntamiento de Zahínos. No es por la pandemia, ni por la muerte de algún vecino de forma trágica. Fue una decisión del alcalde, Gregorio Gallego, que tomó el lunes cuando se enteró que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) había validado un permiso de investigación minero que tiene soliviantado al pueblo y a otros tres municipios del suroeste pacense. La decisión judicial que permite a la compañía Qbis Resources hacer catas a lo largo de unas 8.000 hectáreas para determinar si hay uranio suficiente para poner en marcha una mina.

«Todavía no sabemos por qué el TSJEx se ha pronunciado cuando todavía quedan muchos recursos por resolver. Es un palo, pero aquí no nos paramos. Seguiremos en los tribunales, iremos a Madrid, a Bruselas, donde haga falta. ¿Cómo se va a autorizar una mina de uranio cuándo se están cerrando centrales nucleares?», se pregunta Gallego (PP) bajo un enorme cartel en la plaza de Extremadura que repudia este tipo de explotación minera.

Doscientos metros más abajo en este municipio de 2.800 habitantes de la comarca Sierra Suroeste hay bullicio. Ayer fue día de mercadillo y en la terraza del bar Búho se reunieron muchas mujeres. «Aquí nadie apoya una mina así. ¡Quién va a querer algo así! Toca de nuevo seguir peleando», comenta Ángela Conejo mientras apura un café.

En cualquier balcón, en las ventanas, en carteles que van de lado a lado de la calle, en la entrada a la localidad por la carretera de Oliva de la Frontera... En Zahínos todo recuerda a que la contestación social frente al proyecto de Qbis Resources sigue vigente.

El octogenario Vicente Perera pasea no muy lejos del cementerio. Es el acceso al pueblo desde Oliva y quien llega se encuentra con una enorme pancarta de lado a lado de la carretera en la que se recuerda que 'Zahínos no será vencido'. Allí, junto a un 'Bienvenido a Zahínos', aparece un bidón amarillo que simula a los que almacenan residuos radiactivos.

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«Yo solo salgo en la foto para decir que no, que no estamos de acuerdo. Aquí ya sabemos lo que es una mina de uranio y no queremos otra», dice en ese punto Perera al equipo de HOY. Se refiere a que entre 1956 y 1963, en la finca Cabra Alta, ya hubo una explotación de uranio que auspició el franquismo. Al aire libre, está sellada en la actualidad. Dicen los lugareños que solo acarreó beneficio a los camioneros de Oliva, que hicieron muchos portes con mineral que luego trasladaban a Fregenal de la Sierra.

Términos

Esa antigua mina estaba en una finca que luego fue más famosa, junto a Cabra Baja, porque la Junta se la expropió a la Casa de Alba en febrero de 1990 para conceder su explotación (aprovechamiento ganadero y forestal) a los vecinos de Zahínos. Las fincas, 2.558 hectáreas, todas incluidas dentro del permiso de investigación minero, pertenecen sin embargo al término de Villanueva del Fresno, aunque siempre han estado mucho más vinculadas históricamente a la localidad zahinera por su cercanía y sus jornaleros.

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En Villanueva del Fresno su regidor es Ramón Díaz. 4.000 de las 8.000 hectáreas afectadas por el proyecto minero son de su término. BRÍGIDO

«Aquí no estamos hablando de economía. Ni siquiera se ha planteado eso. Estamos hablando de salud y por eso el rechazo es tajante por principio», reflexiona Ramón Díaz Farias, alcalde de Villanueva del Fresno. Es el pueblo (3.400 habitantes, comarca de Olivenza) que se vería más afectado en su término municipal por el proyecto minero.

Unas 4.000 hectáreas de las 8.000 que abarca el permiso concedido por el TSJEx para realizar catas durante tres años en 286 cuadrículas mineras. «La sentencia es un jarro de agua fría y nos ha cogido un poco fríos y más que ahora la gente está más pendiente de la pandemia de otra cosa pero también digo que el rechazo sigue ahí y se van a retomar las protestas porque seguimos con la misma idea», explica Miguel Antequera, integrante de la plataforma 'Dehesa sin uranio' en Villanueva del Fresno.

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Ni Díaz Farias (PSOE) ni otro alcalde de la zona ha logrado hablar con la compañía minera. Tampoco la plataforma. «No se han puesto nunca en contacto con nosotros. Ya sé que la mayoría de los permisos de investigación que se dan no acaban con permisos para poner en marcha minas, pero si se están gastando un dinero y abogados en este proceso es por algo», sentencia el regidor villanovense.

«¿Qué sentido tiene poner una mina de uranio en medio de la dehesa? ¿Cómo vamos a vender los cochinos de calidad, las terneras...? No tiene ningún sentido», reflexiona Manuel Mateos, gerente de Ibéricos Los Castellanos, a pocos metros de la plaza de España de Villanueva.

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Contestación social

«Es un revés, evidentemente la sentencia del TSJEx y, sobre todo también, por cómo se ha producido. El tribunal que no ha cumplido una providencia que dictó en la que recogía que no se pronunciaría sobre el permiso hasta resolver todos los recursos. Vamos a solicitar la nulidad de la sentencia que autoriza la investigación», comenta José Carlos Costillo, portavoz de la plataforma 'Dehesa sin uranio'.

En ese colectivo hay personas de Zahínos, Villanueva, Oliva, Valencia del Mombuey, Higuera de Vargas y Jerez. El próximo martes, a las siete de la tarde, los zahineros convocan de nuevo una concentración en la calle. «La pandemia y el parón judicial nos hizo frenar las protestas pero ahora se retoman», finaliza Costillo.

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