«Tras el alta, estoy haciendo la segunda cuarentena en casa»
Javier Aguas, capellán y recuperado del COVID-19 ·
El conocido sacerdote pacense, muy conocido en la localidad donde estuvo como párroco unos años, cumple ahora aislamiento en su domicilio, tras pasar una semana en el Hospital Universitario de BadajozRocío romero
Martes, 31 de marzo 2020, 10:24
Capellán del Hospital Universitario de Badajoz, el también vicario de la conocida parroquia de San Juan de Ribera se recupera en su casa tras una semana ingresado por el COVID-19. Muy conocido en Villanueva del Fresno, donde estuvo como párroco durante unos años.
Javier Aguas (48 años) es muy querido, entre otras cosas, por ser uno de los promotores de la red Humanizar, con la que acompañan a enfermos en el hospital de referencia de Extremadura. Y sale de allí con el alta bajo el brazo y fuerzas renovadas:«Hay que animar mucho a todo el personal y a los ingresados.Se sale, hay que tener paciencia, pero se sale. Si no hay alguna otra patología porque entonces sí se pueden ir».
–¿Cómo se encuentra?
–Estupendamente. Al principio, tenía un poco de miedo. Pero también me dije que si me daban el alta era por estar bien. Yo sigo confinado en mi casa con mi hermano, que también dio positivo.
–¿Cómo ha sido la enfermedad?
–Llevo unos quince días con ella. Tuve primero un confinamiento voluntario en casa por fiebre persistente de 38,5 grados y malestar general. Gracias a Dios no tuve tos ni afecciones respiratorias, pero la fiebre no me bajaba. Me puse en contacto con el 112, al ser personal de riesgo por acudir al hospital, y me derivaron a mi centro de salud. Su personal me hizo la prueba y di positivo. Al cabo de unos días, todo se complicó con una dermatitis, que no es muy común. Entonces me llevaron en ambulancia al Hospital Universitario y allí me hicieron las placas. Vieron que tenía neumonía bilateral, que es lo que propició el ingreso. Los médicos me pusieron el tratamiento a base de retrovirales del VIH y la medicación de la malaria (hidroxicloroquina). Al principio no reaccionaba, pero el miércoles ya me bajó la fiebre y el jueves di negativo en la prueba. Así que el viernes me dieron el alta.
–Su hermano también ha dado positivo, ¿cuál es su caso?
–Los dos vivimos juntos y se levantó un día mareado, diciendo que había pasado calor. Él dio positivo, pero está asintomático. No tiene fiebre, ni tos, ni dificultad respiratoria. Pero hizo su cuarentena en casa hasta este lunes porque había dado positivo.
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–¿Se pueden ver desde el lunes?
–No, yo llevo ahora la segunda cuarentena. He dado negativo, pero puedo contagiar. Y aunque es complicado que uno se pueda volver a contagiar, tampoco hay pruebas fehacientes de que pasar la enfermedad te deje inmune. Sigo aislado en casa. Yo estoy en mi habitación y mi hermano ocupa el resto de la casa.
–¿Qué parte positiva saca de esta experiencia?
–Creo que necesitamos parar, necesitamos estar cerca unos de otros, y descubrir que hay gente buenísima. El personal sanitario (limpiadoras, auxiliares, médicos...) son auténticos héroes que están con nosotros cuidándonos y dándonos la vida. No me refiero solo al trabajo que hacen para nuestra la recuperación. Ese mismo personal cuando vuelve a su casa, lleva el desgaste. Esto nos tiene que llevar a parar y reflexionar sobre la vida y las cosas fundamentales. Ydarnos cuenta de que nos necesitamos muchísimo unos a otros.
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–¿Ha podido reflexionar?
–El día en que el Papa Francisco dio la bendición estuve pensando. Es verdad que en tiempos de tormenta nos olvidamos de todo, de la raíz de nuestra vida y de lo que nos sostiene.Y eso es lo que estamos redescubriendo ahora: Lo verdaderamente importante, lo que nos hace ser lo que somos, no lo que tenemos. Para mí, no sé si es un milagro... pero estando yo muy grave y muy mal, el señor me ha dado otra oportunidad. Tendré que aprovecharla.
–Forma parte de la red Humanizar, con la que acompañan a enfermos, ¿cómo es estar al otro lado y solo?
–Es duro estar solo, pero me he sentido queridísimo y el contacto que he tenido con el personal del hospital ha sido extraordinario. Me pusieron un cartel en mi habitación y ponía:«¡Ánimo, Don Javier! Estamos para cuidarte.Cada día en un día menos». No me quiero emocionar, pero ha sido un trato fabuloso. Lo que uno hace por el Señor, el Señor lo devuelve con creces.
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