
La noche del pasado domingo 18 de septiembre estaba programada la procesión de la Virgen de la Soledad con la que esta regresaría a su Ermita. Sin embargo, la formación repentina de una tormenta con luminosos relámpagos, cruzando e iluminando el cielo, así como sonoros truenos dieron paso a una gruesa lluvia que forzó la suspensión de la procesión.
Los costaleros aceleraron el paso para llevar a la Virgen alrededor de la plaza de España hasta llegar a su Ermita donde quedó resguardada.
La Virgen tenía programada una procesión por la plaza de España, llegando a las calles San Juanito, Ramón y Cajal, Avenida Juan Carlos I, plaza de la Constitución, Cándido Fernández y regreso a la plaza de España para llegar a la Ermita del Cristo.
Los actos en su honor dieron comienzo con el traslado de la Virgen de la Soledad, desde la Ermita a la Iglesia de la Purísima Concepción, el pasado el 14 de septiembre, al finalizar la procesión del Santísimo Cristo de la Expiración.
Como es tradición ambas imágenes se encontraron a las puertas de la Ermita del Cristo a la que regresó la talla del Cristo, tras finalizar la novena en su honor.
El triduo se desarrolló desde el 16 al 18 de septiembre con motivo de su festividad, la primera eucaristía se aplicó por los hermanos difuntos y la segunda por los enfermos. Así mismo, se desarrolló el besamanos a la Virgen, con la talla instalada en sus andas.
Los fieles además participaron en la ofrenda floral con la que se adornó el paso para la procesión del domingo.
En la mañana del 18 se llevó a cabo el rezo a los dolores de la Virgen y al finalizar se desarrolló la convivencia de hermanos en el soportal del Ayuntamiento, bajo cuyos arcos se degustaron diversas viandas.
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