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El Alcalde Ramón Diaz Farias.
Entre todos hemos conseguido que "el Gurumelo" sea nuestra marca local

Entre todos hemos conseguido que "el Gurumelo" sea nuestra marca local

El alcalde, Ramón Díaz Farias, recuerda para este diario cómo fueron los inicios de una de las fiestas micológicas y gastronómicas más consolidadas de la región, siendo la única que se celebra en primavera

Almudena Parra

Jueves, 17 de marzo 2016, 10:49

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Las Jornadas Transfronterizas del Gurumelo nacieron en 2007 y ahora cumplen su décimo aniversario. El alcalde, Ramón Díaz Farias, recuerda para este diario cómo fueron los inicios de una de las fiestas micológicas y gastronómicas más consolidadas de la región, siendo las únicas de Extremadura que se celebran en primavera.

-¿Cómo y cuándo surge la iniciativa de crear estas jornadas?

-En la legislatura del 2003-2007, el equipo de gobierno tiene claro que nuestro producto local es el gurumelo. Intentamos acuñar ese nombre para los eventos musicales Gurumelo Rock y el Gurumelo Festival que no consiguieron el éxito pretendido.

Manuel Mateos El Castellano es uno de los empresarios que nos hablaba del gurumelo como algo típico de Villanueva y en el año 2006 la paisana Ana Vega Fernández, entonces trabajadora de Sofiex, empresa pública dedicada a la promoción empresarial, vino a verme con motivo de la reciente visita que había realizado en Paymogo, Huelva, en una feria del gurumelo. Y aunque inicialmente Ana Vega dio el pistoletazo de salida, fueron numerosas las personas que participaron en la elaboración de las mismas.

En la primera jornada se contó con la organización de la empresa Colabora Consultores Extremadura y la financiación de la Presidencia de la Junta de Extremadura, con una subvención de 36.000 euros que se dio a los Ayuntamientos. Además, la Asociación Micológica Extremeña nos animó para poner en marcha las jornadas.

-¿Con qué objetivos y sobre qué parámetros nacieron las jornadas?

-Los objetivos básicamente eran que Villanueva se pudiera identificar con algo específico y consiguiera una marca propia. Los parámetros con los que se ha trabajado han sido la búsqueda de la excelencia y de la calidad. El objetivo es mostrar nuestro municipio lo más bonito posible y que todas las sensaciones que se lleve el visitante sean buenas.

En todos estos años hemos ido trabajando con los hosteleros y estos han ido respondiendo. Es cierto que aún hay cosas que seguir puliendo, como es el caso del trato al visitante. Los cuales queremos que vuelvan al año siguiente y que además recomienden la fiesta y no que se vayan esquilmados y decepcionados.

-¿Cómo se vivió el proceso de estructuración y organización de las primeras jornadas a nivel de corporación?

-Al contar con la contratación de la empresa delegamos en ella. Lo que si tuvimos fue la falta de confianza de que este evento fuera a seguir prosperando tras los dos intentos fallidos. Sin embargo, se ha convertido en el evento de mayor relevancia que existe en la agenda local y su celebración se espera con ilusión y la esperanza de que haya buen tiempo para disfrutar en la calle.

-¿A partir de aquellas jornadas el Ayuntamiento asume la organización?

-Tras la primera edición, el Ayuntamiento hace una inversión muy fuerte en la adquisición de todo el equipamiento, que se ha ido incrementando año a año y que constituye un patrimonio mobiliario muy importante. Por ejemplo, en carpas 3x3 hay 60.000 euros invertidos. Desde la empresa que deja los contactos a través de la Cámara de Comercio fue más fácil organizar las siguientes jornadas.

-¿Qué otros órganos institucionales se han sumado han financiado las jornadas?

-Principalmente hemos contado con el apoyo de la Diputación de Badajoz, que ha estado en todo momento, desde las áreas de Presidencia y Desarrollo Local, y muy levemente desde la Junta de Extremadura, Turismo, Comercio nunca ha dado su apoyo porque era un producto no regulado y en este año estamos intentando que eche una mano en su comercialización fuera de Villanueva, ahora que ya es legal y Aderco que ha participado a veces con adquisición de material y a veces con la financiación de actividades.

Hay una anécdota de la inauguración de las primeras jornadas en las que inocentemente declaré que, el producto en ese momento se comercializaba de forma clandestina, pues no existía ningún registro sanitario, que certificara su calidad hasta llegar al consumidor, la prensa cogió esta declaración como titular y no fue bien acogido por la población, a pesar de ser una absoluta verdad ya que en aquel momento no había una regulación del producto. El siguiente objetivo fue trabajar para alcanzar la venta regulada y legal del gurumelo y a día de hoy ya existen tres empresas villanovenses dedicadas a la comercialización de setas silvestres.

-¿Cuál fue la reacción del sector hostelero local cuando se les plantea esta propuesta?

-La reacción fue muy mala, pésima. De hecho, en aquella primera edición no montó ningún hostelero, solo hubo dos restaurantes portugueses que apostaron por las jornadas y el Ayuntamiento se organizó en el espacio reservado para los dos restaurantes locales, que al final no se instalaron. Hubo locales que dejaron las terrazas para que los restaurantes sirvieran la comida mientras ellos servían la bebida. Esta reacción nos sentó bastante mal y nos llevó a plantearnos la posibilidad de no organizar una segunda edición, ya que los propios vecinos se fueron al campo al coincidir con San José. Sin embargo, resultó un éxito de visitantes de fuera de la localidad y esto fue lo que nos animó a continuar con el proyecto en años sucesivos. En la segunda jornada los vecinos comenzaron a involucrarse y ya fue mejor.

-¿Cuáles fueron los obstáculos más importantes que tuvieron que salvar?

Sobre todo, el desconocimiento del producto. A día de hoy todavía seguimos descubriendo cosas del mundo micológico que intentamos traer para las ponencias. De esta manera, este año traeremos desde Málaga a un ponente que hablará sobre Turismo y Micología. Y además, el hecho de que el gurumelo tiene un gemelo mortal, algo en lo que no dejamos de insistir, para que no haya ninguna desgracia y se extremen las precauciones de seguridad alimentaria.

-¿Cuál ha sido la evolución en estos diez años?

-La evolución salta a la vista y hay que decir con orgullo que hemos conseguido entre todos, vecinos y Ayuntamiento, situar a Villanueva del Fresno en el mapa. Somos tierra de gurumelos en Extremadura y a nivel nacional ya somos conocidos gracias a esta seta. En este año seguimos potenciando la parte formativa, con ponencias que sólo se realizan aquí, y reforzándola con la sección gastronómica. Pero lo que sí es cierto es que hemos conseguido que nuestro sello fuera de Villanueva, sea el gurumelo, vamos que podríamos cambiar el fresno por el gurumelo en el escudo y nadie se escandalizaría.

-Económicamente, ¿Qué supone esta celebración para la localidad?

-Creo que es el agosto en marzo, es el mayor impulso económico que existe en el municipio por encima de cualquier otra feria o fiesta. Es un escaparate para el turismo y para nuestros hosteleros supone un ingreso bastante importante, proveniente de todos los visitantes de fuera y de los propios vecinos que se echan a la calle.

¿De cuántos visitantes hablamos en la primera edición y de cuántos en la última celebrada?

La primera edición recibimos a unos 1.000 visitantes entre los dos días. En la última serían en torno a 10.000 entre turistas, los vecinos de aquí y los que residen fuera que regresan para las jornadas.

-¿Por qué el carácter transfronterizo y cuál es la aportación de Portugal?

El carácter transfronterizo lo da la propia ubicación de Villanueva y sobre todo el hecho de buscar el valor añadido de encontrarnos en la Raya y que se pueda confrontar la bonanza de los productos de ambos lados. En este tiempo hemos descubierto que el cogumelo no es un gurumelo, sino cualquier seta en general y que nuestro gurumelo es silarca en portugués. En municipios como Portel, donde se celebra la Feria del Montado Feria de la Dehesa, hay una gran tradición de recogida y consumo en casa de silarcas.

También se ha puesto de manifiesto la potencialidad que hay en esa cooperación transfronteriza, en la que a través de proyectos Interreg nos unimos para consolidar la figura de protección a la dehesa y con ello preservar las setas de la zona./p>

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