Victoria Delgado García nació en Bodonal de la Sierra el 23 de mayo de 1944, donde permaneció hasta los seis años, edad a la que se trasladó con su familia debido al trabajo de su padre que era Capataz de Obras Públicas, a Zafra primero y después a Alconchel hasta recalar con 13 años en Villanueva del Fresno.
En esta localidad se enamoró y se casó y a pesar de que el oficio de su marido, que era Guardia Civil, la llevó a vivir a Alburquerque, Zahínos y Úbeda (Jaén), volvió a Villanueva donde fijó su residencia hace casi 50 años.
Desde hace años canta en la Coral, es voluntaria activa de AECC y participa en todas las causas solidarias que se organizan, por lo que es muy conocida y querida.
Victoria ha sido la primera persona en contagiarse de COVID-19 en Villanueva del Fresno, contagio que la llevó al hospital donde ha pasado tres meses y cuya experiencia cuenta en esta entrevista.
- ¿Sabe usted dónde y cómo se contagió el COVID-19?
-Creo que, en un autobús en un viaje a Benalmádena, Málaga, que hice con amigas de aquí. Cuando regresamos yo vine bien y me fui a casa de mi hija en Badajoz. Mi hija tenía un sofocón porque sabía cómo estaba allí la situación del COVID y nosotras habíamos oído algo, pero no sabíamos que fuera tanto.
-¿Qué síntomas hicieron saltar las alarmas?
-Cuatro días después de regresar empecé con un poco de tos, pero como padezco de los bronquios suelo toser, sin embargo, mi hija llamó a la Compañía de Los Ángeles de Badajoz. Vino el médico y me mandó un paracetamol y no le dio importancia, aunque esa noche ya empezó la fiebre. Al día siguiente con 38º me sentía fatal no tenía ganas de comer, ni de levantarme de la cama y ya me ingresaron en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz, era el 20 de marzo.
-¿Dónde le hicieron la prueba?
-En el mismo Hospital donde ingresé. Me hicieron dos test PCR uno el día en que ingresé, que dio negativo, y otro al día siguiente que ya fue positivo.
-¿Cuáles fueron los siguientes síntomas?
-Estuve tres semanas ingresada con oxigeno porque me costaba respirar. Cuando me dieron el alta me vine a mi casa, pero esa noche me puse fatal otra vez, al parecer tenía una infección y unos días después de nuevo volvieron a ingresarme. El día de la madre me iban a dar el alta, pero me puse muy malita y me llevaron a la UCI.
-¿Cómo fue la evolución y duración de los síntomas?
-En realidad, el COVID lo pasé en las tres primeras semanas que, teniendo un Enfisema Pulmonar Obstructivo Crónico, los médicos se asombraban de mi evolución y me dijeron que eso era lo que me podía haber salvado la vida. Estuve gravísima no daban un 'duro' por mí.
-¿En su tiempo en la UCI estuvo despierta?
-Estuve los 19 días despierta y me enteré de todo, aunque de mucho no me acuerdo porque pierdes la noción del tiempo. En la UCI entré porque tengo desde siempre divertículos, que son pequeñas bolsas en el sistema digestivo, y al centrarse en el virus no me encontraban el origen de la fiebre y la dolencia que tenía, hasta que localizaron la infección en los divertículos.
-¿Qué pensaba cuando estuvo aislada en el Hospital por el COVID?
-No se piensa nada, estás tan mal que no da tiempo para pensar, yo sólo estaba pendiente del momento de ver a mis hijos, que se encontraban allí pero no podían subir.
Aunque he estado atendida de manera maravillosa con un cuadro de médicos y enfermeras excelentes, que me han dado todos los cuidados, me levantaban entre dos y me bañaban cada día, no me puedo quejar ha sido un trato excelente. Incluso celebré mi 76 cumpleaños allí.
-¿Estaba informada de la evolución de la COVID en el país?
-Sí, porque tenía televisión en la habitación, pero no quería ver las noticias me ponía muy mal anímicamente, así que dejamos de ponerla.
-¿En algún momento coincidió con otros pacientes de COVID?
-Sí, había más enfermos, incluso coincidí con una amiga de aquí que vive en Badajoz y que enfermó junto a su marido el cual falleció. Hubo más gente de la excursión a Málaga que habían ido con nosotros de otros pueblos, que también se contagiaron falleciendo dos de ellos.
-¿Llegó a temer por su vida?
-Llegó un punto que me daba igual, porque te sientes tan mal e impotente y piensas que, si te tienes que ir pues ya está. No pensaba en mí, sino en el sufrimiento que estaban pasando mis hijos, sin comer en condiciones, a medio dormir, para no alejarse del Hospital y gracias al móvil que pude hablar a diario con ellos hasta que pudieron entrar en la habitación.
-¿Qué secuelas le ha dejado el COVID?
-Salí del Hospital el 19 de junio y todavía estoy cansada, he tenido que hacer ejercicios de respiración y rehabilitación porque no era capaz de andar, habré perdido unos 7 kilos. Pero no me han sabido decir si el COVID repercutió en la infección que degeneró en la colectomía que me han hecho, yo sólo sé que he pasado por tres operaciones y que he estado muy malita, prácticamente no he comido en este tiempo porque no me entraba nada.
-¿Cree que la gente, en general, le da la importancia que tiene el virus?
-No, no son conscientes, hasta que no les toca no se enteran. Hay gente poco responsable, hablan de los jóvenes, pero yo veo que también son los mayores los que no se ponen bien la mascarilla.
-¿Qué ha cambiado de su forma de pensar con esta experiencia?
- A mi no me ha cambiado nada, yo lo que quiero es ponerme bien y recuperar mi vida y mi independencia. Me gusta mucho coser, pintar, limpiar mi casa, salir aquí y allí, ir a misa y quiero volver a hacer todo eso.
- ¿Se siente una privilegiada por haber superado la enfermedad?
-Por supuesto, además estoy muy agradecida con la gente del pueblo que me han hecho misas y han pedido por mí y ahora me visitan me traen flores, dulces y de todo. Estoy muy emocionada por ese cariño, que me reciban así es muy bonito.
-Por último, ¿Volverá a viajar?
-Sí, si Dios quiere, eso lo tengo segurísimo, porque me haya pasado una vez no me va a pasar dos. Me lo paso divinamente y eso que me llevaré.
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