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Jueves, 24 de octubre 2024, 19:17
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El retablo de la Virgen de la Piedad de la parroquia la Purísima Concepción, en Villanueva del Fresno, ya luce en todo su esplendor después de ser restaurado.
La restauración del retablo de La Piedad de la Iglesia de la Purísima Concepción de Villanueva del Fresno ha sido posible gracias al convenio firmado entre el Arzobispado Mérida-Badajoz y la Diputación Provincial de Badajoz.
El coste de las actuaciones que se han realizado, enmarcadas en el convenio referido, contaban con un presupuesto de 20.000 euros, en los que la Diputación de Badajoz ha contribuido con una aportación de 10.000 euros siendo asumido el resto por la Iglesia Parroquial de Villanueva del Fresno. Sin embargo, según señala el arzobispado, la inversión final ha sido de 29.700 euros.
Según Agustín Velázquez, delegado episcopal para el Patrimonio, este retablo, realizado en madera tallada y dorada, cuenta con varias intervenciones, la más importante a mediados del siglo XVIII. Ahora ha sido cuidadosamente restaurado, para devolverle su esplendor original, por un equipo coordinado por el restaurador Ricardo Kantowitz del estudio Opificio de Restauro.
La finalidad del presente convenio es la de contribuir a la conservación y puesta en valor del patrimonio de la Archidiócesis y facilitar lugares de culto en unas condiciones dignas que además sean un atractivo turístico que contribuya al desarrollo económico de los pueblos de la provincia.
Proceso
Después de un proceso de limpieza y control de los ataques biológicos, principalmente de termitas, se repusieron piezas que faltaban y se consolidó el soporte, eliminando los añadidos posteriores en escayola que distorsionaban la integridad del mueble. Posteriormente, se repararon fisuras y fendas internas, revitalizando cada detalle. Se han utilizado técnicas tradicionales y materiales compatibles que respetan la integridad del bien original. La metodología llevada a cabo para las tallas doradas fueron la limpieza y reintegración cromática, matizando los valores tonales del dorado. Como finalización la obra recibió una película de barniz como protección.
Las obras se han entregado recientemente tras unos meses de duración.
El retablo barroco de finales del Siglo XVIII del escultor de Jerez de los Caballeros, Juan Ramos de Castro, presentaba alteraciones de diversos tipos: físicas, químicas y biológicas, que afectan a los materiales constitutivos del retablo. La restauración consiste en una limpieza a fondo y una reconstrucción de lo que falta, subsanación de humedades y, por último, la pintura, barnizado y protección final.
El convenio con el Arzobispado Mérida-Badajoz es un proyecto incluido en el Eje Estratégico B 'Desarrollo Económico' y dentro del objetivo seis 'Promoción de la inversión de impacto selectiva'. Con estas iniciativas se fortalece la apuesta de la Institución con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 11, ciudades y comunidades sostenibles, y 17 sobre alianzas para lograr los objetivos.
Restauración de La Piedad
Cabe recordar que, la valiosa talla de la Virgen de La Piedad, pieza granadina del siglo XVIII, fue restaurada altruistamente por la restauradora Isabel Casado Sánchez Simón, quien se hizo eco de la noticia que este diario publicó en 2015 sobre el mal estado del retablo y por ende de la talla de la VIrgen.
Desde abril de ese año la imagen luce los colores originales de la policromía inicial, tras el delicado proceso de restauración al que fue sometida en el taller 'Restauración, Arte más Diseño' de Isabel Casado.
La Virgen principalmente presentaba un deterioro producido por una plaga de carcoma, durante 70 días Casado mantuvo en su taller a la imagen para realizar la restauración y desinfección necesaria. Además, se le repararon las grietas y fisuras en determinadas zonas, así como el dedo pulgar que estaba casi suelto en la mano derecha. También se le repararon los orificios de la carcoma, el levantamiento del dorado y el ojo izquierdo.
Recién llegada de nuevo a la Iglesia la Virgen permaneció nueve meses en el baptisterio, adonde la trasladó su camarero José Antonio Rangel en un intento de que el retablo que la acogía (infectado por carcoma y las termitas) no le causara más daño.
Unos meses después un donante anónimo sufragaba los gastos de una urna de cristal en la que se colocó a la Virgen de La Piedad, gracias a la cual pudo, el 18 de julio de 2015, volver a su retablo original del que se había mantenido alejada durante casi 15 meses.
Actualmente la talla ha regresado, por fin a su retablo, tras permanecer en el baptisterio, de nuevo, en espera de que finalizaran los trabajos de restauración.
Cristo Yacente
En la hornacina inferior del retablo descansa la bellísima y pequeña talla del Cristo Yacente que data del siglo XVIII de autor anónimo. Esta talla se veneraba por el Cabildo desde tiempo inmemorial, durante el Sermón de las Sietes Palabras o Descendimiento, del viernes Santo, siendo previamente instalado en la Santa Cruz y posteriormente en la urna para procesionar en Semana Santa.
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